He de reconocer que los dos últimos meses, profesional y tecno-intelectualmente han sido muy intensos. Asistir al World Business Forum, impartir conferencias en sitios tan relevantes como Renta 4 o preparar y conducir las jornadas de ‘Conectados’ del Observatorio Nacional de 5G (Mobile World Capital) me han hecho me han hecho dar lo mejor de mí para estar a la altura de ellos, bucear por los rincones de este mundo digital hasta agotar la bombona de oxígeno y, estudiar, muy especialmente, la evolución de la conectividad inalámbrica, a la que tantos años de nuestra vida le hemos dedicado (de ahí lo de Zonamovilidad y lo que fue Telefonía y Comunicaciones), al despliegue de 5G, a la inteligencia artificial y a las realidades extendidas.

Hemos visto llegar al filo de las campanadas la subasta de los 26 MHz (ondas milimétricas 5G) sin mucho éxito. Escuché a una concejala informarse con los técnicos por si fuera del interés de aquella ciudad acudir a la subasta, pero la conclusión era clara: si hay que invertir en la frecuencia, pagar los equipos necesarios y gestionar la red, es más fácil contratar con uno de nuestros operadores para que desplieguen allá donde haga falta esa red privada o público-privada.

El problema es que los operadores están a sus cuentas, son el prototipo de empresa a las que los sucesivos gobiernos y reguladores ‘han hecho ir a la fuente una vez tras otra’, sin tener en cuenta que son el ‘quid de esta cuestión’ y que no sólo se deben a la ciudadanía, sino también a sus accionistas y que, éstos asignan directivos que miran mucho más allá del negocio local. En este afán, todos ellos han colaborado a un ‘mini engaño’ del que llevamos hablando dos años: Digital Espectrum Sharing; una magnífica tecnología, que combina sistemas 5G sobre la red de 4G, pero que no ofrece las prestaciones plenas de la primera, aunque en nuestro móvil veamos un indicador que nos dice que sí. Pero en este país, hoy en día, una mentirijilla piadosa es una anécdota.

El PERTE chip y los UNICO

Tampoco hemos tenido muchas noticias del PERTE chip, que se anunció a bombo y platillo y que sigue en la línea de la palabrería y las buenas intenciones. Antonio Lorenzo, en El Economista, publicaba el día de Navidad: En el caso del Perte del Chip, el más generoso de todos con una dotación pública de 12.250 millones hasta 2027, espera la primera convocatoria a lo largo del primer semestre de 2023, sin que haya trascendido una fecha más precisa”. Y Marimar Jiménez, en Cinco Días, a finales de noviembre recordaba: “Durante la sesión parlamentaria del Estado de la Unión en septiembre de 2021, la presidenta de la Comisión anunció la ley de chips de la Unión Europea como marco de actuación para la recuperación del sector europeo de semiconductores. Un año después, en la edición del mismo debate de 2022, Ursula von der Leyen solo pudo presentar como logros haber realizado la propuesta efectiva de la norma a Parlamento y Consejo y un tímido anuncio de que la primera gigafábrica de chips comenzará a construirse en los próximos meses”.

Lo único que hemos sacado en claro en 2022 es que el consejo de administración de SEPI ha nombrado a Jaime Martorell, “Comisionado Especial para el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores (PERTE Chip), como administrador único de la Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores (SEMYS)”. A partir de ahí, mucha reunión publicada, pero pocas noticias concretas.

Casi todas las empresas que han presentado su balance a fin de año han hablado de incertidumbre, manifestado agotamiento burocrático y avanzado por iniciativa propia

RETECH, UNICO, Kit Digital son otros de los vehículos dispuestos para la ejecución de los Fondos Europeos, e ir, van; aunque a un ritmo que siembra muchos discursos, pero recoge poca cosa tangible. Digamos que estamos en un momento de creación de estrategia y organización para la ejecución de la misma, pero que debemos ser pacientes para que se engrase la maquinaria. No obstante, casi todas las empresas que han presentado su balance a fin de año han hablado de incertidumbre, manifestado agotamiento burocrático y avanzado por iniciativa propia.

Está también el tema de la retención del talento y es evidente que hay que hacer algo a este respecto, especialmente en aquellas carreras que se estudian en universidades públicas que pagamos entre todos y que sólo nos dan disgustos cuando vemos que nuestra soberbia formación sirve para engrandecer países extranjeros. Vamos que del fruto de nuestros impuestos disfrutan otros y esto nos lo tenemos que hacer mirar.

Helena Herrero, ejecutiva del año 2022

Leer más

La lucha por la sostenibilidad y Jaime de Jaraíz

De algo que también se habla, y mucho, es de cambio climático. Más de lo mismo. Estrategias creadas en despachos por gente que teoriza, pero que ha pateado poco entorno rural. Hay mucha influencia de los que se manifiestan en calles asfaltadas y gritan en Twitter, mientras nuestro campo y sus gentes se indignan. El material combustible que se acumula y arderá en verano, lo hace por unas normas inconcebibles que impiden el laboreo y el disfrute responsable de la tierra y lo que en ella habita. Lo que traducido significa ‘están jugando con lo de comer y con la vida’; que debería ser nuestro primer objetivo.

Pero como siempre, hay lugar para la esperanza y un año más, lo mejor que nos dejó Pandora sale de su caja ecológica de la mano de LG y de un ejecutivo de talla, Jaime de Jaraíz, que protagonizó una de las mejores ponencias del World Business Forum, donde acudió no lleno de palabrería y teorizaciones sino de hechos tangibles: objetivo 47 millones de árboles nuevos al año en España con sólo 300 euros por ayuntamiento, utilizando la tecnología de bolas fértiles de Nendo Dando; repoblación de 47 millones de abejas ibéricas necesarias para la reforestación y la regeneración del fondo marino con la posidonia, que es capaz de absorber 30 veces más CO2 que los árboles. Y lo dice no como un ‘hay que’ sino con un claro ‘estamos haciendo’: han sembrado más de 40 millones de árboles, ya están trabajando con 20 ayuntamientos y cientos de niños que hacen bolas Nendo Dando, ahora van a sumar a los mayores a esta labor; han sumado 12 millones de abejas en este primer año y la posidonia va creciendo en el Mediterráneo ‘powered by LG’. ¡Hechos son amores que no buenas razones! Dice el refrán.

Agotamiento social; sí a la libertad y no a la censura

Y si algo hemos observado a lo largo del año, es el agotamiento general de las redes sociales tal y como se utilizan (especialmente los políticos); la imposición de criterios que distan de nuestras costumbres, tradiciones, creencias y forma de vida en general, y la censura impuesta que se deriva del término ‘políticamente correcto’.

Elon Musk juega al despiste con lo que va a hacer o dejar de hacer con su plataforma, pero lo cierto es que los políticos del mundo entero han elegido expresarse a través de los servicios de una empresa privada a la que claramente favorecen económicamente, pero que nos enfrenta, saca lo peor de cada uno y nos vuelve locos a todos; Red que antes la controlaba un señor de extrema izquierda -eso sí, a la americana- y ahora otro que no sabemos si tiene la cabeza en la carretera o en el espacio sideral. ¿Quién nos iba a decir que hasta las noticias del telediario se iba a basar en los picoteos de un pájaro descontrolado o que toda una vicepresidenta iba a declarar que a ella no la había elegido el presidente de un partido o el electorado sino “los medios de comunicación”, en clara referencia a las redes sociales? ¿Ministra o influencer? La línea que diferencia los términos no es fina, es un abismo. La digitalización no es sinónimo de insensatez y lo parece.

En fin, entre los memes de fin de año he recibido uno de Ignacio del Castillo que suscribo y que sobre una botella de vino dice así: “Hay vinos que mejoran con los años y hay años, como este que mejoran con el vino”. ¡Que sí, que ya sé que decir esto es políticamente incorrecto! Pero me ha hecho gracia, no alcohólica.

Gracias a todo el sector y muy especialmente, al equipo de Zonamovilidad, con Alfonso de Castañeda a la cabeza. Juventud y esperanza en el futuro. ¡Feliz 2023!