El acceso a Internet en países en vías de desarrollo puede paliar la desigualdad

El acceso a Internet en países en vías de desarrollo puede paliar la desigualdad

El acceso a Internet en países en vías de desarrollo puede paliar la desigualdad

Las personas de todo el mundo dependen tanto de Internet para ejercer derechos humanos socioeconómicos como la educación, la atención sanitaria, el trabajo y la vivienda que el acceso en línea debe considerarse ya un derecho humano básico, según revela un nuevo estudio bajo el título Politics, Philosophy & Economics del Dr. Merten Reglitz, profesor de Ética Global en la Universidad de Birmingham.

El acceso a Internet, concretamente en los países en vías de desarrollo, puede marcar la diferencia entre recibir una educación, mantenerse sano, encontrar una vivienda y conseguir un empleo… o no.

Incluso si las personas tienen oportunidades fuera de línea, como acceder a regímenes de seguridad social o encontrar vivienda, están en desventaja comparativa respecto a quienes tienen acceso a Internet.

Derecho humano autónomo al acceso a Internet

El Dr. Merten Reglitz, profesor de Ética Global en la Universidad de Birmingham, ha dado a conocer sus conclusiones en Politics, Philosophy & Economics y aboga por un derecho humano autónomo al acceso a Internet, basado en que es una necesidad práctica para una serie de derechos humanos socioeconómicos.

«Internet tiene un valor único y fundamental para la realización de muchos de nuestros derechos humanos socioeconómicos»

Reglitz insta a las autoridades públicas a que proporcionen acceso gratuito a internet a quienes no puedan permitírselo, así como formación en competencias digitales básicas para todos los ciudadanos y protección del acceso en línea.

Así indica que «Internet tiene un valor único y fundamental para la realización de muchos de nuestros derechos humanos socioeconómicos: permite a los usuarios presentar solicitudes de empleo, enviar información médica a los profesionales sanitarios, gestionar sus finanzas y negocios, hacer reclamaciones a la seguridad social y presentar evaluaciones educativas. La estructura de Internet permite un intercambio mutuo de información que tiene el potencial de contribuir al progreso de la humanidad en su conjunto debería protegerse y desplegarse declarando el acceso a Internet un derecho humano«.

Ámbitos de los países desarrollados en los que el acceso a Internet es esencial

En educación, los estudiantes de hogares sin acceso a internet se ven perjudicados a la hora de recibir una buena educación escolar, ya que disponen de material didáctico y de estudio en línea.

El acceso a internet puede marcar la diferencia entre recibir un nivel adecuado de atención sanitaria o no recibir ninguno.

En el ámbito de la salud, prestar asistencia sanitaria en persona a comunidades remotas puede ser difícil, sobre todo en países como Estados Unidos y Canadá. La sanidad en línea puede ayudar a colmar esta laguna.

En cuanto a vivienda, en muchos países desarrollados, una parte importante del mercado de la vivienda de alquiler se ha trasladado a Internet. Respecto a la Seguridad Social, acceder a estos servicios públicos suele ser excesivamente difícil sin acceso a Internet.

Por último, en el trabajo, los puestos de trabajo se anuncian cada vez más en tiempo real a través de internet y los ciudadanos deben poder acceder a los sitios web pertinentes para hacer uso efectivo de su derecho de acceso a un trabajo.

Las herramientas de educación en línea pueden marcar una diferencia significativa

La investigación del Dr. Reglitz también pone de relieve problemas similares para las personas sin acceso a internet en los países en desarrollo: por ejemplo, el 20% de los niños de entre 6 y 11 años no están escolarizados en el África subsahariana. Muchos niños tienen que hacer largas caminatas para llegar a sus escuelas, donde el número de alumnos por clase suele ser muy elevado en escuelas en ruinas, insalubres y con un número insuficiente de profesores.

El 20% de los niños de entre 6 y 11 años no están escolarizados en el África subsahariana.

Sin embargo, las herramientas de educación en línea pueden marcar una diferencia significativa, permitiendo a los niños que viven lejos de las escuelas completar su educación. Si el material didáctico está disponible digitalmente y los alumnos no tienen que compartir libros, se puede enseñar a más estudiantes de forma más eficaz.

Para los habitantes de los países en desarrollo, el acceso a internet también puede marcar la diferencia entre recibir un nivel adecuado de atención sanitaria o no recibir ninguno. Las herramientas sanitarias digitales pueden ayudar a diagnosticar enfermedades; por ejemplo, en Kenia se ha utilizado un kit portátil de examen ocular (Peek) basado en teléfonos inteligentes para examinar la vista e identificar a las personas que necesitan tratamiento, especialmente en zonas remotas desatendidas por los médicos.

En los países en desarrollo, la población se enfrenta a menudo a la falta de bancos físicos, y el acceso a Internet hace posible la inclusión financiera. Las pequeñas empresas también pueden recaudar dinero a través de plataformas de crowdfunding en línea: el Banco Mundial prevé que las sumas recaudadas en África pasen de 32 millones de dólares en 2015 a 2.500 millones de dólares en 2025.

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Indira Aniorte

Indira Aniorte es periodista y especialista en marketing. Es graduada en Periodismo por vocación y cuenta con estudios posteriores de máster en Relaciones Internacionales y máster en Marketing digital y Análisis de datos. Desde 2019 colabora como redactora en Zonamovilidad.es, siendo los principales temas que cubre la tecnología, las telecomunicaciones y la información internacional.

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